Cuando veo en alguna tienda 2x1 mango o alguno suelto por debajo de £0,80 lo compro sólo por la curiosidad de saber si saldrá bueno. Suelo equivicarme, pero cuando me sale alguno carnoso y dulce, entonces ese vale por todos los que se fueron a la basura.
Hoy tenía antojo de comer aguacate y pagué £1,39 en una tienda infame de mi barrio por uno más bien tirando a pequeño si uno lo compara con los que dan los palos en Jamundí. A cualquiera le hubiera dado un infarto si me ven pagar $5080 pesos por un aguacate de ese tamaño, pero el antojo era más grande que culquier otra cosa.
El almuerzo fue como un viaje en la rueda-de-chicago a media noche, como un paseo en lancha con los pies colgando de la proa, o una cabalgata sabanera en la que uno se topa con la mirla que canta en la copa florida del arrayán